Bicarbonato

Como muchos saben soy un amante de la buena y la mala mesa, un don Juan del picadillo, el James Bond de las pastas. Por lo mismo, sufro con frecuencia de esa desagradable acidez estomacal, o como le decía tan finamente una amiga mía, "la vinagrera". El asunto es que nunca me sirvieron las típicas sales de fruta o tabletas varias, por lo demás, de aquellas nunca habían en la casa.

Es por eso que el descubrimiento del bicarbonato es uno de los eventos más trascendentales de mi glotona existencia; sólo una cucharadita en un poquito de agua y alivio inmediato, un asqueroso pero efectivo alivio inmediato...

Y así me convertí en adicto.

Desde entonces, entre mis cosas personales puede faltar el desodorante, la pasta de dientes y hasta los calzoncillos limpios, pero jamás de los jamases un paquete de bicarbonato.

Hace poco me compré una bolsa bastante grande que estaba en oferta en el Líder, lavé un tarrito vacío de café y lo llené de este respetable polvillo neutralizador instantáneo de ácidos. Afuera, le pegué con un scotch muy ordinario un papelito que decía "Bicarbonato".........

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Con un gran amigo, siempre que salimos a carretear ya es tradición que al finalizar nos vayamos a comer un tremendo churrasco-palta-tomate-mayo-cebolla-morrón a una picá por ahí que los vende a luca.. Ya somos Vip del localcito, que no es más que un sucucho de 2x2 en donde uno come al aire libre, en una especie de mesa improvisada. El problema es que a mi el trago me da acidez y siempre me arruina esta placentera rutina post carrete.

Ayer decidí que no más, así que salí a carretear con mi tarrito de café lleno de bicarbonato en el bolsillo.

Mi amigo se cagó de la risa cuando le comento sobre mi "cartita bajo la manga", y claro, asumamos que no es muy glamoroso salir con un tarro de bicarbonato a un carrete. De hecho, si me pillan los pacos ni cagando me creen que se trata del equivalente casero de "Disfruta", aunque en realidad prefiero irme en cana por andar con coca, antes que se enteren que la weaíta me costó tres gambas en el súper y su finalidad no tiene mucho Garbo. (pero insisto, es muy efectiva)

Y tan efectiva resultó la cosa, que a las tres y media de la mañana suena mi celular...

Era mi padre, que no me preguntó en dónde carajos andaba o cómo estaba...

-Aló hijo?

-Hola, qué pasó

-¿Tú tomaste el bicarbonato?

-mm... sí, lo tengo yo

-ya, déjame hasta ahí no más...

Llego a las 5 de la mañana y pillo a mi querido padre insomne y arañando paredes por su sal efervescente.

Al pobre le faltaba el puro megáfono pa' gritarme "¡¡¡¡¡¡171- 800- 200- 171!!!!!!"