18.7.08

La inocencia perdida

Cuando venía de visita a Santiago y tomaba el metro, siempre me llamó la atención la gente. Era tan rara; sus facciones, sus gestos, esas caras cansadas y tristes, con rabias contenidas y puras ganas de mandarse a cambiar lo más lejos posible. Yo, por otra parte, pegado en una esquina, tratando de imitar esas caras estresadas para no pasar por huaso; algo absolutamente ridículo, porque eran miles las características que me hacían imposible esconder la provincia: un bolso bien picante, una "chomba" nueva de 4 lucas comprada para la ocasión, colonia "Eminence", que la encontraba de lo más top y una chaqueta de "cuero" que tenía dos rajaduras en los bolsillos, que juraba que pasaban piola. Pero si hay algo que hacía más evidente esa caricatura, era ese regocijo extremo, esa sensación de "wow" que me tenía como perro nuevo, mirando, tocando y olfateando todo. Era tan feliz.
Hoy, 1 año 7 meses después, viajando en el metro, me miro en el reflejo de la puerta, y me sorprendo exactamente con esa expresión tan rara de los santiaguinos, sólo que esta vez no es fingida.
Ahora uso corbata de lunes a viernes, mientras escucho un i-Pod nano, con un buen perfume. Y ya no me emociona subirme al metro, ya no cuento los pisos del Marriot cuando paso por ahí, como si fuera a crecer con los días. Ya no me llama la atencion la vegetación de acá, tan seca a veces, tan verde en otras, y hasta me quejo porque hace frío y porque llueve mucho. Siempre quiero dormir.
La esencia se va perdiendo lentamente. Y aunque ahora vivo día a día en la ciudad de mis sueños, soy menos folclórico y me adapto mejor a situaciones impensadas, no son pocos los momentos en que no sé quién soy, ni qué es lo que quiero, y me me echo mucho, mucho de menos. Y es que finalmente sigo siendo el mismo, tal vez más temeroso, más cauto, y escondido en un disfraz prestado que me queda súper grande.
Son los costos de la inocencia perdida.

10 comentarios:

Jorge López G. dijo...

Supongo que es inherente al hombre el querer volver al sentimiento inicial, ese tan único pero que se va tan, tan pronto.

Saludos

Ya no me enganas, descubri tu blog dijo...

puede ser la inocencia, pero no la esencia, y creo que ha sido un crecimiento importante para ti adaptarte a las situaciones que has pasado acá. te felicito. puede que estés más sobrecargado de preocupaciones y obligaciones, y más cauto en tu actuar, y eso a todos nos hace más retraídos y menos alegres, pero hay gente buena detrás de esa coraza en algunos casos, como tú ahora.

un abrazo

Steppenwolf dijo...

No es necesario ser nuevo en Santiago para darse cuenta como son los santiaguinos, y lo peor es que es contagioso.

A mi también me asusto mi reflejo, un día, saliendo del trabajo, después de una de esas tardes donde quieres encontrar un palo y sacar de su oficina al desgraciado que te hizo la tarde imposible sin dientes y sangrando.

Pero que te puedo decir, es difícil no caer y entender que al final... uno cayo en el juego.

Cuando voy en el metro miro mi cara, me veo, y no dejo de hacerlo hasta que me encuentro y me sonrío. En ese momento miro a todos los que están a mi lado y no puedo evitar el preguntar por que tienen esas caras, en ese momento ya no los entiendo, y me siento bien por eso.

Saludos.

Francisco Salazar dijo...

Si me vieras ahora... creo que dirías que ahora sí soy Santiaguino...

Facinerosa dijo...

También yo me pregunto lo mismo que lobo estepario cada vez que voy a Stgo. y ando en micro o metro. Es que andar con esos carachos no puede volverse normal.Pobre gente.
Vivan las provincias!.

Lilith dijo...

es que mi mamá siempre me dijo que el ser humano es un ser de costumbre

yo no creo que tan así sea


besos*

Li dijo...

yo soy de provincia, y como dices la cara de estres o de problemas es comun en la gente de stgo.
es el karma de las grandes ciudades

saludos hombre de ciudad.

Chilenatinoamericana dijo...

te amors

cielo ruidoso. dijo...

mañana viajo a santiago, me toca recorrer el metro y sujetar las manillas todas pegajosas y aquellas barandas pasadas a sudor, hace exactamente tres semanas que estaba en las mismas y estoy segura que volveré a decir lo mismo, "odio esta mierda de ciudad, pero lamentablemente acá está todo, por eso es que estoy acá hoy" así es la vida no más, me quedo con mi concepción y mi "acentito cantadito" que supuestamente he de tener.
saludos : )

Mr. Me dijo...

interesante post, pasa a ver mi blog.