Vengo a penar

Me acordé de aquella vez en que los productores de Alien se quebraban la cabeza para revivir a la protagonista, y así continuar con la exitosa saga. Al final, la mina fue clonada y todos felices.

Como mi muerte fue ordinaria, mi vuelta debía ser apoteósica.

Me costó; por un momento pensé en volver reencarnado en el blog 1 del Pedro P, también como el clon de Pucci, la versión fresa de la Canifrú, la pasión mexicana del perdido, el portaligas del Great o tal vez adueñándome del blog Jaime Tiu Lei, que ya está más telarañoso que mi compact de las Spice y convertido en un nido de murciélagos.

Al final, no me quise meter en problemas y opté por ser un alma en pena.

Si al fin y al cabo el infierno no es tan malo, porque desde acá puedo hablar mal de todos aún con más relajo, y darme el lujo de ser cruel, burlesco y dañino sin el temor de irme al infierno. El problema son los desayunos, que consisten en huevos revueltos, a la copa, fritos y cocidos. Pero si me porto mal, me dejan tener sexo todos los días.