Los otros...vosotros, ellos

Muchas veces soy incrédulo.

Me cuesta creer en miles de cosas: en las buenas intenciones de la gente, en la Granja Vip, en el amor eterno, en la justicia divina, en mis capacidades, y sobre todo en asuntos paranormales. Acá me detengo.

Desde chico me ha interesado el tema. Me gusta cagarme de miedo hasta que me cago de miedo y ya no me gusta... Pero igual me gusta.
El problema es que nunca me ha pasado nada, no he visto fantasmas, no me ha sonado la casa, ni se han sentado en mi cama. Pero me gusta.
Veo el canal infinito (mula), me meto a páginas, veo películas de terror, y desde que tengo uso de razón me "encanta" que me cuenten experiencias al respecto. (no tolero la palabra "encanta" pero en este caso, me asusta, pero me gusta)
Me detengo en esto último, porque quiero contar una experiencia mínima, que puede sonar bastante weona, simple y hasta mentirosa, pero que desde mi escéptico punto de vista fue todo un acontecimiento.

Hace algunos años, me quedé en la casa de una prima.

En la noche llegó una amiga de ella, y después de un rato de conversa aburrida, mi prima va y dice, "llamemos al Pato". Yo juraba que iban a pescar el teléfono pa' llamar al Pato, pero grande fue mi sorpresa cuando saca de un cajón una hoja de block con las letras del abecedario escritas con plumón, además de un "sí" , "no", "entrada" y "salida" en el centro. Era la tabla ouija más flaite que se haya creado.

El asunto es que: primero, no tenía idea que se le había muerto un Pato a mi prima; segundo, que jamás he creído en esas webadas y mucho menos en un cartón con letras. Le hago saber esos dos puntos.

"Pero si el Pato está vivo, nosotros llamamos a personas vivas porque las muertas son muy peligrosas".

Me cago de la risa, y le digo que esa wea es más ridícula que mis compañeras de colegio encajando una tijera en un cuaderno pa' llamar a la Quintrala.

"Cállate y mira".

Saca una moneda de $100, la pone en un círculo al centro de la tabla y comienza con su amiga a llamar al Pato, con los dedos encima de la...gamba.(evitando la redundancia)

Después de un rato empiezan a hacer preguntas y la moneda comienza a moverse. Primero en forma de espiral por toda la superficie y luego por las distintas letras. Que sí, que no, que wa; el Pato responde todo lo que se le pregunta.

Claramente me burlo, diciendo que ellas mueven la moneda. Ellas ponen mi dedo sobre la...gamba, y no se detiene. Claramente me burlo, diciendo que ellas mueven la moneda.

"Si no nos crees, llamemos a alguien que tú conozcas y nosotras no"... Acepto.

Invocamos a una ex compañera de curso. Para que fuese más transparente, yo sólo preguntaría y no pondría el dedo.

Ahí fue cuando se me pararon todos los pelos...

Cada pregunta, por más rebuscada que fuera, se respondió con exactitud. Y cuando me refiero a rebuscada, hablo de números de teléfonos, el nombre de sus abuelos, y hasta la nota que se sacó en la última prueba.

El asunto es que en un momento mi amiga invocada va y pregunta, "¿quién es el tipo que está en la otra pieza viendo tele?...era mi tío.

"Cuando uno llama a una persona viva, a esa persona le empieza a doler la cabeza" dice mi prima.. Al rato llamo a mi amiga y contesta su mamá y me dice, "está en su pieza con jaqueca"...PLOP.

Volviendo a mi casa, le comento a mi hermana de la tremenda experiencia. Ella, sangre de mi sangre, me agarra pal' webeo incrédula. Por lo mismo, hago toda la parafernalia para convencerla del asunteque.

Era tarde, estábamos los dos en el living, dedo en la gamba llamando a algún conocido de ella. El efecto no se hizo esperar, convenciendo a una boquiabierta, descolocada y aterrada mujer.

Ya convencidos, seguimos preguntando y llamando gente, hasta que de pronto la monedita comienza a escribir incoherencias....

"Jijijijiji, ¿tienen miedo?", decía el ente, junto con llevar la moneda fuera de la tabla, arrastrándose por la mesa.

"¿Quién es?", preguntamos. La moneda decidida escribe el nombre de mi hermana.

El jueguito novedoso se ponía cada vez más escabroso, sobre todo, porque después de tratar de terminar el asunto, despidiendo al invocado que no tenía puta intención de irse... le preguntamos a la tabla-cuaderno del demonio qué es lo que debíamos hacer.

La respuesta fue clara e inmediata:

"REZAR".

Los dos hermanitos patéticos rezando el padre nuestro weón!!!, mientras quemábamos en la chimenea la tablita de la discordia, con una especie de rito improvisado, tan flaite como la misma.

Ahora nos acordamos y nos sentimos ridículos, y no es pa' menos; dormimos hasta en la misma cama petrificados.

Definitivamente una noche de espanto, que ahora suena a una pendejada.

Ahora, los dos buscamos excusas weonas y seguimos sin creer; que fue nuestra imaginación, que nosotros movimos las monedas, etc.

Personalmente sigo siendo escéptico, mis amigos no me creen y ni yo mismo le tomo importancia.

Pero de que la moneda se mueve...SE MUEVE.

Ahora, puede que alguien me diga que lo que hice es irresponsable, peligroso y qué se yo. Pa' mi fue un juego, sin ningún tipo de repercusiones.

Pd na' que ver: Cuando escriben sus post, ¿no se les reinicia esta wea si dejan mucho rato abierta la página?

Pd sí que ver: Cuéntenme sus historias de terror que tanto me asustan pero me gustan. Que sean verdaderas eso sí.