El reciclaje personal

Estaba mirando unas fotografías en donde aparezco con distintas personas que no se conocen entre sí, y me di cuenta que tengo serios trastornos de personalidad. Me explico.

Para cada ocasión y distintos grupos de personas adopto una actitud diferente. Yo sé que eso es normal blah blah blah y que se debe a que debemos seguir ciertas normas; que nuestro comportamiento y trato con amigos no puede ni debe ser el mismo que con el jefe o la familia. Por lo demás, no son nada de inusuales las caretas y el derecho que todos tenemos a distorsionar nuestra realidad y mostrarnos tal cual queremos que nos vean. Así conquistamos, así conseguimos pega y así persuadimos.
La Agrado da justo en el clavo, cuando sabiamente dice que "una persona es más auténtica cuando más se parece a lo que soñó de sí misma".

El asunto es que mi actitud en distintos grupos puede ser diametralmente opuesta. Sobre todo cuando por tal o cual motivo me toca tratar con personas que no conozco, y que no conocerán a quienes ya me conocen.
Es ahí cuando me doy el lujo descarado de ser o tratar de ser como más me gusta. Ahora, si resulta o no, es queso de otra lasagna.
Mi mejor amiga me webea, porque le resulta tan evidente y descarado mi cambio de personalidad con el resto, que llega a ser chistoso, porque ella sabe que no soy galan, que tengo más inseguridades que la gente de Londres y que en definitiva no actúo con el resto como lo hago con ella.

El problema o no tanto es el siguiente: mi cambio no es forzado, la personalidad que adopto SOY YO, pero un yo nuevo, espontáneo y nada de fingido. Mi actitud frente a tales personas en comparación a la de otras es notoriamente distinta, pero no menos auténtica. Es decir, el weón fome, callado y antisocial que soy en un grupo SOY YO; el weón payaso y pintamonos de otro TAMBIEN SOY YO, sin ningún tipo de esfuerzo, doble estandar o hipocresía.

Ahora, a veces esta weaíta me juega en contra, porque esa personalidad simpática y distendida que algunos conocen, otros que conozco de años jamás logran descubrirla y vice versa. De ahí radica mi problema de sociabilizar, que quizás el pucho hubiese solucionado.

Humildemente creo que este blog desordenado, atemático y temperamental refleja en parte esta pentapolaridad. Pero en escencia, sigo siendo el mismo, un buen cabro; común, pero que no tiene nada de corriente. (como el diario de Tinta Roja)

No tiene nada de malo reinventarse, ser otro pero el mismo, reciclarse. ¿no les ha pasado?